Viajemos en el tiempo, a mediados de los años 80 del siglo XVIII, en la intrigante Francia, tierra de revoluciones y secretos ocultos...
Acá comienza nuestra historia conocida como el collar de la reina...Pero atención porque nada es lo que parece...
El rey Luis XV, delfín de Francia, en 1772 encargo a los joyeros Boehmer y Bassenge la elaboración de un suntuoso collar para Madame du Barry, su amante. En 1774, el rey muere de viruela, por lo que, los joyeros al no poder entregar y cobrar tal collar, ya en aprietos monetarios se lo ofrecen a la ahora reina Maria Antonieta, pero ella lo rechaza.
En este contexto, en 1784, entran los dos actores clave de la historia: uno, un gran noble, el cardenal Rohan, que desde siempre había anhelado convertirse en miembro del círculo cercano de la Reina, el otro, una estafadora la condesa de La Motte. Ella venia de una familia rica pero que caída en desgracia, se convierte en amante del cardenal , en su afan de recuperar fortuna, hizo creer al cardenal de que tenia el favor de María Antonieta, y que se estaba convirtiendo en uno de los nuevos intereses amorosos lésbicos de la Reina, justo cuando Rohan esperaba convertirse también en su amante.
Boehmer (el joyero) también había visto a La Motte en la corte. Al igual que Rohan, también creyó en los rumores de María Antonieta en la corte.
La Motte vio su oportunidad de aprovechar la creencia de ambos hombres en su intimidad con la Reina para satisfacer los deseos de ambos y enriquecerse. Ella le dijo al cardenal que la Reina quería que él comprara el collar en secreto en su nombre. El cardenal obtuvo el collar de Bohmer y se lo dio a la señora La Motte, esperando que la Reina pagara por él. En la estafa también hubo cartas escritas supuestamente por la reina a Rohan confirmando el pedido, incluso un prostituta con un vestido parecido y un velo haciéndose pasar por ella, terminaron de sellar el asunto.
Un tiempo después llego a manos de Maria Antonieta la factura de Boehmer por el collar y ella la descartó. Más tarde, Bohmer llegó a Versalles y habló con la sirvienta de la reina, Madame Campan, para pedirle el pago. Mostró las cartas falsificadas firmadas por ella y contó cómo Rohan estuvo involucrado en la adquisición del collar. Finalmente, María Antonieta se dio cuenta de la gravedad del caso y convocó a Bohmer a Versalles. Estaba furiosa con Rohan, al igual que Luis XVI. La pareja real exigió un juicio.
El arresto público del Cardenal de Francia ya había causado sensación nacional, y los actos del Rey y la Reina que siguieron agregaron nuevo combustible al fuego del interés y la imaginación públicos.
El asunto podría haber sido manejado discretamente en la corte o en el Vaticano. Los asesores de Luis sugirieron precaución, pero el vacilante rey accedió a un juicio público ante el Parlamento de París. La Francia de 1785 no estaba acostumbrada a tales eventos públicos.
El caso para defender la dignidad de la Reina nunca habría sido fácil. Aunque nunca apareció, este caso puso a prueba la vida de María Antonieta. Muchos miembros del jurado podrían creer, basándose en sus gastos pasados y su estilo de vida relajado, que María Antonieta era capaz de realizar estas actividades y que el Cardenal era razonable en sus creencias.
El juicio terminó con el cardenal absuelto del cargo de lesa majestad. La Motte fue declarada culpable de ladrona y encarcelada. También azotada públicamente y marcada.
"El Asunto del Collar" dejó una cicatriz indeleble en la monarquía francesa. Contribuyó al descontento popular que luego estallaría en la Revolución francesa. La leyenda de este engaño y su impacto sigue cautivando, demostrando que incluso los destellos más brillantes pueden oscurecerse por las sombras del engaño y la ambición.
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